Leucovorina: el fármaco autorizado en Estados Unidos para ciertos casos de autismo

0
pastillas_hidroxicloroquinaok.jpg

La leucovorina, también conocida como ácido folínico, es un medicamento con una larga trayectoria en tratamientos médicos, principalmente en oncología y hematología. Durante años ha sido empleada para reducir los efectos adversos del metotrexato, un potente fármaco quimioterapéutico, así como para tratar ciertas formas de anemia. Sin embargo, recientemente volvió a ocupar la atención internacional tras la decisión de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) de autorizar su uso en pacientes pediátricos con deficiencia cerebral de folato y síntomas asociados al autismo.

La medida generó debate dentro de la comunidad científica, ya que, aunque la leucovorina podría mejorar algunos síntomas vinculados a esa deficiencia específica, los especialistas insisten en que no debe considerarse una solución definitiva ni un tratamiento general para el autismo. La FDA subrayó que la evidencia clínica actual es limitada y que se requieren ensayos más amplios y concluyentes antes de ampliar sus indicaciones.

Este giro regulatorio tomó especial notoriedad luego de que el expresidente Donald Trump hiciera afirmaciones polémicas sobre el fármaco, presentándolo como una alternativa para tratar el autismo en general. Sus declaraciones provocaron críticas de expertos y organismos médicos, quienes remarcaron que las investigaciones disponibles hasta ahora son reducidas y con resultados variables. Organizaciones como la Autism Science Foundation han señalado que los datos son aún “realmente débiles” para respaldar un uso extensivo.

En la práctica médica, la leucovorina sigue desempeñando un papel clave en oncología. Se administra por vía oral o inyectable bajo prescripción, en forma de tabletas, solución o polvo para reconstituir, y se utiliza tanto para proteger células sanas durante quimioterapias como en casos de sobredosis de metotrexato. También se combina con fármacos como el fluorouracilo en el tratamiento del cáncer de colon.

No obstante, el empleo del medicamento implica precauciones. No se recomienda en pacientes con anemia por deficiencia de vitamina B12 y puede provocar efectos secundarios como diarrea, erupciones cutáneas, convulsiones o reacciones alérgicas graves. Además, la leucovorina puede interactuar con otros medicamentos, por lo que los especialistas advierten que cualquier uso debe hacerse bajo estricta supervisión médica.

La reciente autorización en Estados Unidos refleja tanto el interés por explorar nuevos enfoques terapéuticos como la necesidad de mantener una postura prudente frente a la falta de evidencia sólida. Mientras algunos sectores lo ven como un avance prometedor para un pequeño grupo de pacientes con deficiencia cerebral de folato, la comunidad médica coincide en que aún falta investigación rigurosa para establecer con claridad su papel en el tratamiento del autismo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *