Diella, la primera ministra virtual del mundo: ¿revolución anticorrupción o dilema ético?

En septiembre de 2025, Albania sorprendió al mundo al anunciar a Diella, una inteligencia artificial convertida oficialmente en Ministra de Adquisiciones Públicas, dentro del gabinete del primer ministro Edi Rama. Con ello, se convirtió en la primera IA en ocupar un cargo de gobierno a nivel mundial, un paso que genera tanto entusiasmo como inquietud.
La apuesta no es casual. Albania lleva años enfrentando críticas por corrupción en sus licitaciones públicas, un obstáculo para su camino hacia la adhesión plena a la Unión Europea en 2030. Rama, que inicia su cuarto mandato, presentó a Diella como parte de una reforma radical para digitalizar los procesos estatales y garantizar contrataciones transparentes, imparciales y libres de favoritismos.
Un origen en trámites digitales
Diella, cuyo nombre significa Sol en albanés, nació en enero de 2025 como asistente virtual en la plataforma e-Albania, encargada de emitir documentos digitales y asistir a la ciudadanía en trámites. Con su avatar basado en la voz y semblanza de la actriz Anila Bisha, ayudó a más de 970 mil personas y firmó 36 mil documentos con sello digital en menos de un año.
Su eficiencia y popularidad allanaron el camino para que en septiembre recibiera el decreto presidencial que la elevó a rango ministerial. Ahora, gestionará directamente las licitaciones públicas, emitiendo contratos y resoluciones fuera del alcance de funcionarios humanos.
¿Un futuro sin corrupción o un riesgo democrático?
El gobierno albanés celebra el nombramiento como un hito tecnológico que marcará el inicio de una nueva era de transparencia. “Nadie puede sobornarla, no duerme, no olvida y no tiene humor que afecte su juicio”, destacan sus impulsores.
Sin embargo, la medida ha generado un fuerte debate. La oposición califica el nombramiento de inconstitucional, al recordar que una IA no es ciudadana ni puede rendir cuentas políticas o legales. “¿Quién responde si algo sale mal: el algoritmo, los programadores, el primer ministro?”, cuestionan los críticos.
En el Parlamento, la presentación de Diella estuvo acompañada de protestas: diputados opositores lanzaron libretas y documentos contra el premier Rama, denunciando la ausencia de controles humanos claros. En redes sociales, mientras algunos ven a Diella como un símbolo de modernidad y lucha contra la corrupción, otros temen que incluso un sistema digital pueda ser manipulado.
Un “Sol” que abre debate global
Más allá de la polémica, la llegada de Diella al gabinete albanés marca un precedente mundial: por primera vez, una inteligencia artificial tiene cartera ministerial en un gobierno. El proyecto se inscribe en una estrategia más amplia de digitalización que busca extenderse a la justicia y la seguridad pública, con la meta de fortalecer la eficiencia institucional y los derechos ciudadanos.
El caso de Albania coloca en la mesa preguntas urgentes: ¿puede un algoritmo asumir funciones políticas?, ¿qué pasa con la responsabilidad democrática?, ¿y hasta dónde estamos dispuestos a delegar el poder en sistemas automatizados?
Lo cierto es que Diella encarna tanto la promesa de un Estado más transparente como el desafío ético de gobernar con inteligencia artificial. Y aunque Albania busca iluminar su futuro con este “Sol digital”, el riesgo de que esa luz también pueda deslumbrar o incluso quemar sigue siendo una incógnita.