Diputados de Morena se bajan del Grupo México-Israel por ética y derechos humanos
Tres legisladores de Morena, Petra Romero Gómez, Aremy Velazco Bautista y Luis Humberto Fernández Fuentes, dieron un paso poco común en el Congreso: solicitaron su baja del Grupo de Amistad México-Israel por razones éticas y de respeto a los derechos humanos.
Por Juan Pablo Ojeda
Tres legisladores de Morena, Petra Romero Gómez, Aremy Velazco Bautista y Luis Humberto Fernández Fuentes, dieron un paso poco común en el Congreso: solicitaron su baja del Grupo de Amistad México-Israel por razones éticas y de respeto a los derechos humanos.
En sus declaraciones, los diputados aclararon que nunca buscaron formar parte de este grupo, pero que sus nombres aparecían oficialmente como integrantes. “La razón es sencilla y profundamente ética”, dijeron, subrayando que no podían legitimar políticas de agresión que han sido señaladas internacionalmente. Petra Romero recordó que organismos como Amnistía Internacional han documentado prácticas que constituyen crímenes de guerra y apartheid contra Palestina.
Las diputadas explicaron que sus esfuerzos legislativos buscan fortalecer lazos con países con los que México mantiene relaciones de respeto y cooperación, como Rusia y Bolivia, y no con naciones cuyos actos violentos van en contra de la defensa de los derechos humanos. “Esto no lo hacemos por protagonismo, sino porque queremos dejar claro que estamos en contra del exterminio sistemático de personas por su raza, etnia, religión, política o nacionalidad”, añadió Aremy Velazco.
Luis Humberto Fernández, por su parte, señaló que la decisión fue tomada de manera colectiva dentro del grupo parlamentario de Morena, en diálogo con su coordinador, Ricardo Monreal Ávila, y destacó que alrededor de seis legisladores más han rechazado integrarse a este grupo de amistad.
Los tres coincidieron en que México debe mantener su papel de defensor de la paz y la autodeterminación de los pueblos, y expresaron su solidaridad con el pueblo palestino. Reiteraron que su decisión no es un acto de protesta contra la Presidencia, sino un llamado a la coherencia ética en la política exterior y un mensaje de apoyo a un mundo más justo y solidario.
Con esta acción, los legisladores dejan claro que, en su visión, la política pública y la diplomacia mexicana deben estar siempre alineadas con la ética, los derechos humanos y la defensa de la vida, incluso cuando eso implique tomar decisiones difíciles dentro del Congreso.