¿Qué consume más electricidad: el horno o la freidora de aire? La respuesta te sorprenderá

La freidora de aire se ha consolidado como un elemento fijo en las cocinas modernas, prometiendo crujiencia con un mínimo de aceite y, supuestamente, un mayor ahorro energético. Pero, ¿hasta qué punto esta última afirmación es cierta? Para resolver la duda, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) realizó un estudio práctico, cocinando los mismos platos en una freidora de aire y en un horno eléctrico convencional. Los resultados son concluyentes: en la inmensa mayoría de las preparaciones domésticas, la freidora de aire consume significativamente menos electricidad que el horno.
La evidencia recogida por la OCU es contundente. Al preparar un pollo asado de 1.3 kilos, la freidora registró un consumo de apenas 0.54 kWh, mientras que el horno eléctrico necesitó 1.157 kWh, más del doble. Esta eficiencia también se tradujo en tiempo, ya que la freidora lo cocinó en 53 minutos frente a los 76 que requirió el horno. La tendencia se repitió con otros platos. Para unas patatas fritas congeladas, el consumo de la freidora fue de 0.287 kWh, una cifra muy por debajo de los 0.863 kWh del horno. Incluso en la elaboración de un bizcocho, donde el horno permitió una ración más grande, la freidora demostró una mayor eficiencia, consumiendo 0.223 kWh frente a los 0.71 kWh del horno.
La explicación de esta notable diferencia en el consumo reside en la mecánica de cada electrodoméstico. Las freidoras de aire, que suelen tener una potencia que oscila entre los 700 y los 2.000 vatios, funcionan en un espacio reducido y logran una circulación de aire muy intensa y rápida, lo que cocina los alimentos en menos tiempo. Por el contrario, un horno eléctrico convencional, con potencias que suelen estar entre los 2.000 y 5.000 vatios, debe calentar una cavidad mucho más grande. A este mayor gasto energético intrínseco se le suma un factor clave: el precalentamiento. Mientras que una freidora de aire está lista para cocinar casi al instante, un horno puede necesitar varios minutos solo para alcanzar la temperatura adecuada, consumiendo energía antes incluso de introducir los alimentos.
No obstante, el horno conserva una ventaja indiscutible: su capacidad. Es el electrodoméstico ideal para preparar grandes raciones o para cocinar para varias personas a la vez, algo que la limitada cesta de una freidora de aire no puede asumir. Por lo tanto, la elección entre uno y otro debe ser estratégica. Para comidas rápidas, raciones individuales o para dos personas, y para recetas donde la eficiencia energética y la rapidez sean prioritarias, la freidora de aire es la opción ganadora. Sin embargo, para asados grandes, cenas familiares o cuando se necesita cocinar varios alimentos a la vez, el horno, a pesar de su mayor consumo, sigue siendo la herramienta más práctica. En definitiva, el ahorro real no está en elegir uno y deshacerse del otro, sino en saber utilizar cada electrodoméstico en el momento adecuado.